En la sección de las variables de diseño describimos los principales aspectos del diseño arquitectónico que tienen un impacto directo en el desempeño energético y ambiental de los edificios. Sobre esa base, en la presente sección abordaremos las principales estrategias de diseño pasivo, entendidas como un conjunto de principios y criterios orientados a conseguir edificios que consuman la menor cantidad posible de energía para mantener adecuadas condiciones de confort.
En términos generales, un sistema pasivo es aquel que aprovecha los flujos naturales de la energía y trata de utilizar solo los recursos energéticos disponibles en el sitio. Esos recursos, entre los que se encuentran la radiación solar, el viento, la geotermia y la biomasa (vegetación), representan fuentes de energía (de las cuales tomar calor) y sumideros de energía (hacia los cuales descargar calor). El aprovechamiento eficiente de esos recursos requiere desarrollar procesos de diseño conscientes e integrales. Muchos edificios construidos alrededor del mundo han demostrado que es posible diseñar edificios pasivos (o casi pasivos) y que estos no tienen por qué requerir inversiones superiores a la media.
Cabe señalar que en los últimos años el diseño pasivo ha dejado de ser considerado un objetivo en sí mismo para inscribirse dentro de una visión más global que implica construir edificios con consumos energéticos nulos o mínimos, con elevados niveles de confort, saludables y con una baja huella ecológica. En ese contexto no se descarta el uso de sistemas activos, siempre y cuando sean estrictamente necesarios y tengan un elevado nivel de eficiencia. También se da una gran relevancia al uso de energías renovables y a la selección de materiales y sistemas constructivos que tengan un bajo impacto medioambiental.
En general, las estrategias de diseño pasivo responden a dos requerimientos fundamentales de climatización: el enfriamiento y el calentamiento. La variedad de climas terrestres genera muchas combinaciones posibles en cuanto a esos requerimientos, por ejemplo:
Ahora bien, además de cumplir con los requerimientos de calentamiento y enfriamiento, en muchos sitios también es necesario implementar estrategias para reducir el ingreso de la radiación solar al edificio cuando no resulta benéfica, lo que se conoce como control solar. Esto es especialmente cierto cuando hay requerimientos de enfriamiento, pues en ese caso resulta crucial minimizar las ganancias solares para lograra condiciones aceptables de confort sin usar sistemas mecánicos de climatización. Sin embargo, el control solar también puede ser necesario en climas relativamente fríos cuando hay riesgo de sobrecalentamiento.
En esta sección haremos una descripción de las principales estrategias de diseño pasivo, agrupadas en cuatro grandes categorías:
Nota: En algunos ámbitos la humidificación y deshumidificación del aire se consideran también requerimientos de climatización. Sin embargo, la humidificación en climas secos se suele abordar como parte de las estrategias de enfriamiento, mientras que la deshumidificación en climas húmedos suele ser inviable si no se usan sistemas mecánicos.
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Autor: Arturo Ordóñez García Última actualización: Sábado, 02 Enero 2021 Categorias: Estrategias de diseño
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